Pequeños incidentes. Karmelo C. Iribarren

Iniciamos la lectura de una cuidada edición (como es usual en sus colecciones) de Visor de Poesía, una preciosa encuadernación en negro que incluye un delicioso prólogo de Luis García Montero el cual nos deja con la miel entre los labios.
Las palabras de Montero no defraudan, la poesía de Karmelo está plagada (como el propio título del libro nos hace ver) de pequeños incidentes, son las cosas sencillas, casi insignificantes las que forman en los versos de este libro todo un complejo universo donde cabe una perfecta alegoría de la vida.
Cada poema es que como una gota que golpea contra las rocas y horada desde la superficie hasta llegar a su interior, recibimos cada golpe hasta que su poesía nos cala en los huesos y nos hace identificarnos con el poeta. La visión irónica de la vida nos produce esa respuesta empática hacia el verso de Iribarren, a todos nos ha jugado putadas esa dichosa compañera y el poeta parece conocerla más que nadie.
En los poemas no falta musicalidad ni la compleja metáfora, sin embargo esta metáfora es compleja cuando se lee entre líneas y se entiende más allá de una simple figura literaria, en la poesía de Karmelo cada metáfora es una definición detallada de la vida. En los poemas se respira la sabiduría y la cognoscencia de la misma, Karmelo no se detiene en falsas modestias, prefiere vislumbrar la vida desde su propio mundo, un mundo que ha ido cuidando con esmero y delicadeza y en el que fluye (como la melodía de las gotas de agua golpeando una superficie) la poesía en su más puro estado.
En resumen: una antología donde vemos un Karmelo irónico y despojado de vendas, a un caminante que se detiene a observar la vida y dibujarla creando figuras de una increíble calidad poética. Recomendadísimo para los verdaderos amantes de la poesía. 

©2017 Juan Francisco Fernández De Gea

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